El mundo es un lugar mejor gracias a esas personas que desde un discreto segundo plano dinamizan y embellecen la vida de la gente. Esas personas que silenciosamente conectan mundos y regalan primeras oportunidades.
LOLA IGLESIAS es paradigma de todo eso y protagoniza la
Pequeña Antimateria de esta semana.



Lola Iglesias nació en Vigo y reside en Madrid. Codirige Nuevos públicos, una oficina especializada en promover las prácticas artísticas actuales a través de servicios como la comunicación cultural, la gestión y el comisariado de exposiciones. Es licenciada en Historia del arte, experta en arte contemporáneo, mercado del arte y especializada en estudios feministas.
Su trabajo e intereses se entrelazan, algo que últimamente le da muchas satisfacciones.

lolaiglesias.com



Item #1 El pabellón Arniches de la Residencia de Señoritas

Estoy trabajando en un proyecto relacionado con la Residencia de Señoritas, una institución pionera por haber fomentado el acceso de las mujeres a los estudios superiores.

Entre 1915 y 1936, impulsada por la Junta de Ampliación de Estudios (JAE) del Ministerio de Instrucción Público (presidida por Ramón y Cajal) y bajo la dirección de María de Maetzu, esta residencia para hijas de la élite cultural, recibió a más de 1000 residentes en Madrid.

Tilie Olsen anotaba en “Silencios”, refiriéndose a grandes literatos como Henry James o Thomas Mann, que las grandes gestas requieren gran atención, sostenida y profunda, estado al que se llega cuando tienes asegurados los cuidados alimenticios y de higiene. Cuando estas necesidades básicas se cumplen difícilmente o si te ocupas de las de otras personas (léase esposo, hijos, o mayores dependientes) seguramente la atención a los asuntos intelectuales será más bien intermitente. Esta afirmación se puede rebatir, como hizo Alice Walker al tratar el tema de la creación y la maternidad: “mi hija es el menor de mis males” -decía- “ella me daría todos los premios y reconocimientos”. Sea como sea, dicha reflexión me da pie a introducir las exquisitas comodidades habitacionales y alimenticias que ofrecía la Residencia de Señoritas a sus estudiantes. Mientras que las comidas (de las cuales la directora informaba puntualmente a los progenitores) eran “abundantes y variadas”, la hora del té “era altamente recomendable”. A ellas asistían pensadoras en la vanguardia, como Victoria Ocampo, Marie Curie, María Montessori, Clara Campoamor, Ortega y Gasset o el Dr. Marañón. En una de aquellas tardes, que completaban extracurricularmente la formación reglada, Federico García Lorca presentó por primera vez “Poeta en Nueva York”.

Deportes, excusiones, una de las mejores bibliotecas de Madrid… La alta demanda de plazas fue el motivo por el que se encargó a Carlos Arniches en 1932 un nuevo pabellón para habitaciones: se ubicaría en el solar entre las calles General Martínez Campos y Miguel Angel. Me imagino que Matilde Ucelay, la primera licenciada en arquitectura española, debió maravillarse con el nuevo edificio de estilo racionalista que albergaba dormitorios (un armario para la ropa de casa y otro para la ropa de vestir), salones, comedor y el laboratorio de investigación anexo, hoy desaparecido.

El estilo internacional de esta joya de edificio contrastaba con las molduras del refinado palacete donde inició la Residencia (allí tenía María de Maeztu su despacho). La funcionalidad y el uso de nuevos materiales (acero, vidrio, hormigón) prevalecía ahora sobre cualquiera ornamento ajeno a ellos. La fachada se liberaba de funciones estructurales, lo que favorecía, como ocurre en el Pabellón Arniches, el uso de la ventana corrida, paradigma de este estilo arquitectónico.

Cuando estalló la guerra civil española, la actividad de la residencia se detuvo abruptamente (y la mencionada Matilde Ucelay fue inhabilada para firmar proyectos hasta 1945). En 1940  volvió a abrir sus puertas, dependiendo ya de la Sección Femenina de la Falange Española.

El año pasado, la Fundación José Ortega y Gasset – Gregorio Marañón (FOM) institución que promueve y conserva el legado de la Residencia de Señoritas (y la revista Occidente, entre otras interesantes iniciativas), finalizaba las obras de rehabilitación del Pabellón Arniches y se abría al público. En la actualidad acoge la exposición “Motor de Igualdad. Residencia de Señoritas”.

Este podcast nos traslada a sus habitaciones y salones.



Item #2 La exposición de Susana Solano en el Museo CA2M

Hay dos artistas que debemos reivindicar como las pioneras de la “nueva escultura española”, movimiento que en los años 80 empieza a discurrir en paralelo a otras corrientes internacionales como la “nueva escultura británica”: Susana Solano y Cristina Iglesias.

Voy a hablar de una importante escultura de Susana Solano que se expondrá a partir del 10 de junio en el Museo CA2M de Móstoles, por su belleza y relevancia histórica.

Pues bien, viajamos a otro edificio racionalista, a la fundación Joan Miró en Barcelona. Nos retrotraemos a la exposición de Susana Solano, entre el 2 y el 20 de abril de 1980 en la vanguardista sala Espai 10, dedicada al arte emergente de entonces. El Museo CA2M va a exponer el mismo conjunto de obras textiles monumentales que Susana Solano mostró allí: un bastidor de formas orgánicas en madera y una serie lonas cuya plasticidad y ritmo venían dados por la propia caída de la tela, pero también por un modelado a base de aguja e hilo.

Esta pieza es clave en la historia de arte español, y por ello el Museo CA2M -que se preocupa por el paradero objetos realizados por los artistas españoles en las últimas décadas- la expone públicamente: se trata de una obra bisagra tanto de la colección como de la historia del arte contemporáneo, pues se produce entre el arte textil de Aurelia Muñoz de los años 60 y los tapices que Teresa Lanceta realiza a finales de los años 80. Además es heredera de la tradición artística feminista relacionada con el tejer y la costura -que teorizó otra pionera, la investigadora Rozsika Parker, en su libro “La puntada subversiva” (1984)- y, ante todo, supone un un paso previo a las grandes obras minimalistas en metal que representan a Susana Solano, artista fundamental de la nueva escultura española.

Esta exposición responde al valioso compromiso del museo por recuperar el legado de las mujeres artistas. Susana Solano es una de las más internacionales españolas, solo precedida por los escultores de la vanguardias históricas: ha expuesto dos veces en la documenta de Kassel (1987,1993), dos veces en la Bienal de Venecia (1988,1993) y, a raíz de su participación en Sculpture Project de de Munster en 1987, una escultura pública de su autoría hoy convive con las de Dan Graham, Jenny Holtzer, Thomas Schütte, Susan Phillipzs o Bruce Nauman. Esta es la importancia internacional de Susana Solano. Para conocer en vivo su obra, basta con acercarse a Móstoles a partir del 10 de junio.



Item #3 Maternar la Tierra

La Mujaawarah de primavera del Instituto de la tierra: Hace casi un año, en una finca particular de Garvín de la Jara (Cáceres), se funda el Instituto de la Tierra, donde el próximo 20 de mayo tendrá lugar una Mujaarawah- término rescatado por el matemático Munir Fasheh, que se puede interpretar, simplificando, como una reunión de vecinos sin jerarquías.

Según el Instituto, “esta Mujaawarah de primavera, gira en torno a la idea de maternar la tierra como sinónimo de cuidar, preservar y crear; de establecer lazos afectivos duraderos con todo lo vivo. Maternar como forma de aceptar que la cadena de la vida se basa en la interdependencia y se sostiene bajo la corresponsabilidad. Con este objetivo se reunirán vecinas, vecinos, organizaciones y colectivos para participar en una serie de espacios de reflexión, conversación y disfrute.”

El Instituto es un laboratorio de pensamiento y de experimentación que cruza disciplinas, prácticas y saberes rurales. Ensaya acciones culturales que cuestionan las prácticas extractivistas y el despoblamiento; reflexionan sobre la sostenibilidad de la vida y el trabajo en el medio rural, la memoria histórica campesina de la región y reivindica el papel de las mujeres en el ecosistema rural, así como un patrimonio mestizo basado en migraciones, intercambios y superposición de culturas en el campo extremeño.

Con la dirección artística de la comisaria Andrea Pacheco González, forman parte de su equipo destacadas profesionales vinculadas a la creación contemporánea como la artista e investigadora Asunción Molinos Gordo, la comisaria Soledad Gutierrez, la gestora cultural Tina Caballero, el cineasta Juan Rodrigáñez y el músico Miguel Rodrigáñez.

Sobrevuela el proyecto el nombre de Casilda Rodrigáñez, tía de los fundadores del instituto y revolucionaria investigadora sobre la maternidad y el parto placentero.

Programa e inscripciones aquí.




Item #4 “20 flanes de amor y un delicioso chantilly”

Leyendo la última newsletter de María Arranz, Mirror Maze, (titulada “Los hombres hacen la cocina rentable, las mujeres hacen la cocina gratuita”), supe que Emilia Pardo Bazán se veía obligada a justificarse cuando escribía de cocina aunque ya existía una amplia literatura gastronómica escrita por hombres. También me enteré de que los recetarios de la escritora y periodista Carmen de Burgos (Colombine) no se consideran parte de su obra literaria, y que cuando Gregorio Marañón prologó el libro de cocina de Nicolasa Pradera, eligió exaltar la completitud de sus roles femeninos en vez de las dotes de empresaria que la convirtieron en adalid de la cocina vasca. Todo ello al hilo de un libro de Rebecca Ingram enmarcado en los food estudies, un ámbito de investigación que entiende la cocina como espacio de posibilidades más que de opresión.

Este mismo punto de partida tuvieron la gallega Pepa Lago y la costarricense Mayela Vallejos, autoras de "20 flanes de amor y un delicioso chantilly”, dos expertas en filología hispánica que se conocieron en la universidad de Nebraska, cuando impartían sus primeras clases como profesoras de literatura. Mayela -fallecida recientemente- disfrutaba cocinando y compartiendo las recetas familiares que atesoraba. Una de las últimas cosas que hizo con Pepa, como amiga del alma y como investigadora, fue escribir dos libros basados en la tradición oral culinaria de Costa Rica.

Primero seleccionaron, cocinaron y fotografiaron 20 flanes que recogieron en “20 flanes de amor y un delicioso chantilly”, un breve recetario autoeditado que trae a la actualidad este postre tan presente en las culturas de habla hispana.

El título, claro intertexto con el famoso “20 poemas de amor…” de Pablo Neruda, sirve de excusa en el prefacio para condenar la violencia simbólica en la literatura y proponer una ruptura con los estereotipos machistas: la cocina como lugar de experimentación y libertad creativa, donde el amor y la palabra se entrelazan.

Desde el origen del flan en la Roma clásica (cocinado con miel y pimienta, en origen para acompañar de platos salados), hasta la creatividad de sor Juana Inés de la cruz (quien usaba el “doble fuego” por no disponer de horno para el baño María) el libro divulga la historia de este popular dulce al que el mestizaje enriqueció con café, vainilla, coco y variadas frutas del trópico.

Más adelante, las doctoras Lago Vallejos trabajaron en el artículo académico “Estampas de ayer: salvaguardando la cultura culinaria guanacasteca” (publicado en la revista Estudio de la Universidad de Costa Rica en 2020) que resumirían en el prólogo de un segundo recetario más ambicioso: Queques y más. 101 recetas para degustar. Salvaguardan así técnicas de preparación de alimentos, describen platos regionales, y catalogan frutas, hierbas y verduras que han dejado de comercializarse: los caimitos, papaturros y quelite, la raspa y la recámara conservados por siempre en este compendio.