Pequeña Antimateria es un espacio entusiasmado, alucinado, constructivo, anti edadista y feminista donde expandir y romper las ondas de nuestro algoritmo, incluyendo diferentes voces de todos lugares del Universo:




Ricardo Galiano (n. 1998) es un poeta y creador escénico multidisciplinar de Madrid que reside actualmente en Londres. Forma parte del movimiento internacional de spoken word Prostíbulo Poético y del equipo detrás de la revista marxista queer Rojo del Arcoíris, cuyo manifiesto ya se ha publicado en inglés, francés, italiano, portugués y catalán. En la actualidad se encuentra inmerso en el proceso de creación de su primer trabajo en solitario 36-45-68-76, un proyecto transmediático que atraviesa la autoficción, la memoria histórica y la memoria especulativa. Richie es también nuestra musa, fuente de inspiración y sabiduría, y nuestro querido amigo al que siempre estamos deseando volver a ver.
@RicardoGaliano



Item #1

En primer lugar quiero celebrar nuestro colectivo precioso compartiendo una reflexión de Alexis Pauline Cumbs que aparece en su articulo Being Ocean as Praxis: Depth Humanism and Dark Sciences (Ser océano como praxis: humanismos en las profundidades y ciencias oscuras): “Los científicos no logran descifrar el coral (los corales). Su colectividad excede el lenguaje. ¿Acaso existe tal cosa como “un coral”? ¿O no son acaso los colares inherentemente colectivos? ¿Debemos pensar en ellos como una camada de animales con un sólo estómago? ¿O como un animal con muchas muchas muchas bocas? ¿Y qué hay de nosotros? Vivimos de la misma materia, compartiendo varias hambres y recursos que fingimos no compartir, participamos muchos de la construcción de ciudades que fingimos que no se construyen sobre las muertes de otros - ¿acaso existe tal cosa como una única persona?”. Entré en contacto con este artículo en un modulo teórico alrededor del post-humanismo y la post-naturaleza. Lo quiero compartir porque creo que de una manera poética y evocadora nos anima a destruir el binarismo reaccionario entre lo natural y lo artificial para desbordar nuestra propia humanidad. En un mundo saturado de la idea del humano como Hombre, del Hombre racionalista y cientificista que rechaza la “naturaleza” mientras, irónicamente, justifica la actual organización material aludiendo a su “naturalidad” resulta tranquilizador imaginar la existencia de otras conciencias, así como de maneras alternativas de relacionarse con los recursos y los medios de producción. ¡Por un futuro en el que nos acerquemos a formas más holísticas! Fotograma de Floral Co-operative Societies (1927) de la serie divulgativa Secrets of Nature.



Item #2

Después de este rato de lectura me apetece compartir con todes les positrones y anti-protones que andéis por ahí un proyecto londinense de lo más lindo. Se llama The Hildegard von Bingen Society. Éste toma como punto de partida la expansiva obra de la abadesa alemana del siglo XII Hildegard von Bingen que a lo largo de su larga vida cultivó campos del conocimiento tan variados y variopintos como la producción de cerveza, la dramaturgia, la filosofía, la música, la botánica y por supuesto la jardinería. Tomándola como ejemplo y a la compleja sutilidad de relaciones interpersonales y políticas de género de los conventos de la Baja Edad Media propone un espacio virtual de encuentro entre el feminismo y lo queer a través de la botánica (y viceversa). En su haber tienen un archivo de “recetas” (comprendidas como íntimos rituales de auto-cuidado y cuidados colectivos) e imágenes kitsch de jardinería y una genealogía imaginaria de esta “sociedad” que atraviesa a las feminidades y disidencias del mundo entero. Para maridar este descubrimiento ofrezco una ilustración que representa una iluminación mariana en uno de los textos de Von Bingen, Scivias, y otra de Derek Jarman en uno de sus jardines.



Item #3

La madrugada del día en el que escribo estas palabras falleció mi abuela. Repentinamente. Sin previo aviso. Este es un pequeño poema que he escrito al respecto.

La muerte como método de investigación

Anoche murió mi abuela.

Un infarto fulminante.

En una habitación de hospital.

En un hospital atestado.

Anoche murió mi abuela

y me pregunto qué habría sido de ella

si no la hubieran abandonado al nacer

si no la hubieran lanzado a las manos de sus tías

si su padre no hubiera combatido en el ejército revolucionario

si su padre no hubiera huido al exilo por Girona

si no le hubieran apresado los nazis en la Francia de Vichy

si no hubiera trabajado para el Partido.

si no hubieran demolido la casa de sus tías

si una mañana cualquiera con su brisa marina

una carretera no hubiera ahogado la voz de sus pájaros y los peces de su estanque.

si no hubiera acudido a las funciones de las Casas de Cultura.

si no hubiera conocido a mi abuelo en un baile.

si no hubiera conocido la barraca en la que vivía mi abuelo.

si no hubiera compartido cama con mi abuelo en un hotel de Martorell.

si mi abuelo no hubiera probado el alcohol y pegado a sus hijos.

si mi abuela no hubiera pegado a sus hijos.

si a mis abuelos no les hubieran quitado los hijos.

si mi madre no hubiera tenido que dormir en un sofá ni llevar el vestido morado.

si mi abuela no hubiera conocido la pobreza.

si mi abuela no hubiera conocido el miedo y la vergüenza.

si mi abuela hubiera podido conservar su nombre - Libertad.



Item #4

Por último, quiero compartir un concepto y una diminuta polémica que puede servirnos a todas de inspiración. Se trata de polímata. Es una palabra de origen griego compuesta por el prefijo poli- (mucho) y -mata (aprender). Fue acuñado en el año 1603 por el filósofo alemán Johann Wowern que lo describía en Polymathia tractatio: integri operis de studiis veteru como "el conocimiento de diversas materias, extraído de toda clase de estudios... recorriendo libremente todos los campos de las disciplinas, en la medida en que la mente humana, con infatigable laboriosidad, es capaz de proseguirlos”. Aunque, evidentemente, la etimología de las palabras no produce directamente su significado resulta divertido contrastar ésta con la de un término más extendido: la “erudición”. Proveniente del latín, se trata de la acción de extraer lo “rudo”. Es decir limar la rudeza a través del conocimiento. ¿Y si pudiéramos apoyarnos en la palabra polímata para encarnar otros imaginarios del conocimiento menos civilizatorios y más transversales? Problematizar la rudeza y la ignorancia. ¿No somos acaso todes polímatas por la acumulación prolongada de de conocimientos que se acumulan uno sobre otro, uno sobre otro como sedimentos? ¿Existe una respuesta al academicismo que sea capaz de nutrir una ambición colectiva y abundante, que supere las dinámicas productivistas y disciplinarias propias de la educación capitalista?

Confío en que sí.